Quien no tiene que pagar la crisis son los trabajadores, para evitarlo hay que organizarse y movilizarse. Quieren que seamos los únicos perjudicados, cuando no hemos contribuido a generarla.
Se ha producido un colapso financiero global, que no es solamente financiero sino del conjunto de la economía que está sumida en una crisis de imposible vuelta a la situación anterior.
No se trata de refundar el capitalismo, es un error. En poco menos de un año se ha pasado del triunfalismo neoliberal a la depresión traumática. Ahora como siempre quieren individualizar las ganancias y socializar las perdidas.
En nuestro país con máximos beneficios privados, tenemos el 33% de precariedad, la siniestralidad está en el 40% por encima de la media europea, el endeudamiento de las familias es de 850.000 millones de euros y el gasto social está en el 21% cuando en Europa es del 27%. Hay 600.000 parados más en los últimos meses…etc
En nuestra Comunidad Autónoma, las últimas cifras aportadas por el Servicio Regional de Empleo son alarmantes. En
Asturiana de Zinc después de haber interrumpido la negociación del convenio el pasado mes de julio, carga brutalmente contra los trabajadores, vía Guardia Civil y sanciona a los trabajadores que protestaron ante la oferta de una subida salarial vinculada al recibo de la luz eléctrica.
ArcelorMittal y empresa auxiliares reducen el 35% su producción y ha decidido prescindir de 1200 empleados.
Cristalería Española cerró el pasado día 4 el horno del centro de Investigación y Desarrollo con la pérdida de 21 puestos de trabajo directos y la desaparición de una pieza fundamental para el futuro de la empresa.
Cada día aparecen nuevas regulaciones de empleo, cuando no reducciones de jornada, de salario y amenazas de despidos.
Parece ser que todo esto es consecuencia de la crisis mundial del sistema capitalista, que en manos de especuladores y siempre oportunistas, han inflado a más no poder sus bolsillos, en muchas ocasiones con dinero público y con la falsa promesa de crear empleo pero que no dudan en chantajear al Estado y huir (deslocalizar) una vez logrado su propósito que no es otro que el de hacer caja.
Es necesario que la administración central afronte modificaciones legales que protejan a los trabajadores y que las administraciones locales y autonómicas se impliquen ante esta situación en la que muchos están siendo condenados al desempleo.
El cambio de modelo económico es posible y se basa en la planificación democrática de la economía, esta pasa por:
Nacionalización de la banca, nacionalización de los sectores prioritarios y básicos y por el desarrollo del sector empresarial público.
Impulso desde el Estado de la creación de empleo estable con el aumento de la oferta pública de empleo de todas las administraciones públicas. Desaparición de las empresas de trabajo temporal (ETTs).
Rescatar las privatizaciones de servicios públicos realizados en los últimos años por todas las administraciones públicas y oposición contundente a cualquier otro tipo de privatización.
Fomento de la constitución de cooperativas de trabajadores facilitando préstamos, cuyos créditos sean avalados por las administraciones públicas.
Desarrollo de un amplio plan de recuperación de los pueblos que además de crear empleo, fije población joven en la zona rural y marinera. No olvidemos que Asturias es la región con el índice de pueblos abandonados más alta de España.
Defensa de los derechos históricos conquistados: seguro desempleo, pensiones, salarios que no pierdan poder adquisitivo, asistencia sanitaria pública, educación pública, gratuita y laica, vivienda digna y asequible.
Es momento de reflexión, pero sobre todo de movilización, siendo todos conscientes de que el capitalismo es el problema, no la solución.
Enrique Fernández González
Secretario Político de Partido Comunista de Avilés (PCE-PCA)
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